Noveno paso, novena puerta…
Del placer a la vida. Me alumbro cada día respirando la vida con placer.
Mi vulva es sagrada.
Recibo hoy cómo se siente mi vulva y mi vagina, puertas al templo de la vida y de la muerte. Me observo, me miro, me tomo el tiempo de sentir mis genitales ampliamente y no sólo de paso. Tomo un espejo y la observo, tomo un aceite rico y la masajeo.
Ella es mi cuerpo, yo soy ella.
Mi vulva es sagrada.
Permito el contacto con un órgano de extrema sensibilidad con delicadeza y dulzura, permito también con fuerza y arrojo… Escucho las preferencias de mi vulva y conecto con ellas.
Siento su sutil fragancia de placer que regula y genera la vida. Placer, gusto, éxtasis… mi vulva, mi vagina y mi útero se unen para transportarme a otros estados de conciencia y salud.
Mi vulva es sagrada.
Su textura, olor, temperatura, su forma… Mi vulva es perfecta y hermosa. Hoy recojo la información que me brinda y me comprometo con su cuidado.
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